domingo, 17 de febrero de 2013

  Control del propio gobierno

  Superdemocracia
  Llamaremos así a un posible sistema de gobierno idéntico al sistema democrático actual, pero fiscalizado por la gente del pueblo. Después de las elecciones, los habitantes seguirían interviniendo en las decisiones políticas de los funcionarios por medio de sus compras.        

  Sobre los políticos
  Para lograr más satisfacción social habría que desparramar en más personas las responsabilidades de lo que se hace. Cuando estas responsabilidades se concentran en pocos dirigentes mucha gente es infeliz. Se logra en parte la desconcentración con la democracia, llamando así al sistema político en que se votan representantes periódicamente. Y sería más completo en la superdemocracia, en que los compradores votarían constantemente, todos los días, por medio de sus compras.
  Los políticos corruptos son seres de quienes queremos que apliquen la ecuación

                        BIENESTAR PÚBLICO = MÁXIMO

pero ellos aplican la ecuación

       BIENESTAR PÚBLICO + BIENESTAR MÍO Y DE MI FAMILIA + PODER DE MI PARTIDO = MÁXIMO

y por eso nos defraudan, aunque no se defraudan a sí mismos y por eso no sienten culpa.
  No es cierto que a los políticos les convengan ciudadanos ignorantes: les convienen ciudadanos que piensen igual que ellos, sean sabios o ignorantes.

  Arreglos entre políticos
  Hay una tendencia a perdonarse entre los altos funcionarios por

                                                   107
maldades hechas a sectores populares (así como hay tendencia a perdonarse entre los padres por maldades hechas a niños). Los sectores inermes, compuestos por “compradores comunes”, se sienten impotentes y sólo pueden hacer manifestaciones, pero si ejercitaran las “compras por superyó”, las compras a empresas relacionadas con los funcionarios podrían disminuir, causándoles más daños a los funcionarios, a través de esas empresas, que los beneficios que obtuvieran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario