domingo, 17 de febrero de 2013

  El “comprador integral”

  Definición de “comprador integral”
  Llamaremos “comprador integral” al que añade dos parámetros en el acto de comprar. Estos son: 1- Búsqueda de “homeostasis”
                 2- Armonía con el superyó del comprador
  El “comprador integral” tendría así seis parámetros a tener en cuenta en su compra:
1-     Precio
2-     Calidad
3-     Proximidad del fabricante
4-     Grandor del proveedor
5-     Búsqueda de “homeostasis”
6-     Armonía con el superyó del comprador
  En su compra los parámetros más importantes pueden ser los que

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tratan de conservar el empleo, pero también pueden ser los que tratan de que el mundo sea más justo.
  Vemos así que, detrás de una compra habría escondido todo un mundo, que el comprador sería una persona muy poderosa económicamente y que ese poder podría, cada comprador, utilizarlo en su propio beneficio económico y en el beneficio de sus ideales.
  Si para el comprador lo más importante es tratar de conservar su empleo o los empleos de sus seres queridos, el orden de prioridad sería éste:
1-     Proximidad del fabricante
2-     Grandor del proveedor
3-     Precio
4-     Calidad
5-     Búsqueda de “homeostasis”
6-     Armonía con el superyó del comprador
pero si para el comprador lo prioritario fuera tratar de lograr un mundo más justo, el orden podría ser éste:
1- Armonía con el superyó del comprador
2- Búsqueda de “homeostasis”
3- Precio
4- Calidad
5- Proximidad del fabricante
6- Grandor del proveedor
Y cabe la posibilidad de que el comprador deseara un mundo más justo y la conservación de su empleo, lo cual daría lugar al siguiente orden:
1-     Armonía con el superyó del comprador
2-     Búsqueda de “homeostasis”
3-     Proximidad del fabricante
4-     Grandor del proveedor
5-     Precio
6-     Calidad
  En el último ordenamiento aparecen, en último lugar, el precio y la calidad, que es lo que ponemos en primer lugar, en forma inapelable, en todas nuestras compras usuales. Pero el último ordenamiento tiene, en su contenido, nuestra inteligencia y nuestra

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sensibilidad. Es algo similar a lo que nos ocurre con nuestra salud: gastamos tiempo en visitas al médico, en vacunas, en dietas, anteponiendo estas incomodidades a nuestro placer. Igualmente gastamos enormes cantidades de dinero en la crianza y formación de nuestros hijos, cuando sería más cómodo traerlos al mundo y que ellos se arreglaran como pudieran, mientras nosotros disfrutamos de la vida. Pero el placer está pospuesto porque somos inteligentes y sensibles. Con las compras todavía no somos inteligentes ni sensibles, tal vez por ignorancia, y por eso el ordenamiento anterior nos podría resultar sumamente extraño, en una primera lectura.

  Influencia del “comprador integral” en el futuro humano
  El destino de la Humanidad está en manos de los pocos integrantes de una elite, y nosotros somos meros espectadores, si no somos más que “compradores comunes”. Pero si fuéramos “compradores integrales”, nuestras compras podrían modificar muchas malas tendencias en esa elite, cuya permanencia en el poder depende de sus recursos económicos, y éstos pueden ser modificados por los “compradores integrales”, de acuerdo con las canalladas que haga algún integrante de la elite.

  Aproximaciones sucesivas para llegar al “comprador integral”
  Podemos decir que comprar, tomando en cuenta sólo precio y calidad de un producto, es una primera aproximación a la compra conveniente. Agregar proximidad del fabricante y grandor de éste y grandor del comercio en que se compra es una segunda aproximación. Y agregar grandor del país fabricante y conducta de productor y de país es una tercera aproximación. Al que llega a la primera aproximación lo llamamos “comprador común”. Al que llega a la segunda aproximación lo llamamos “comprador inteligente” y al que llega a la tercera aproximación lo llamamos “comprador integral”.


     
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  Dirigentes del conjunto de “compradores integrales”
  Los “compradores integrales” no podrían tener un dirigente, porque éste es corruptible, y estaríamos con corrupción dentro de un grupo que lucha contra la corrupción, a la cual trata de aislar. Puede ser que el dirigente no se corrompa, pero no convendría correr el riesgo, porque hay muchos ejemplos de dirigentes que se han corrompido. A lo más, un dirigente podría pedir que cada “comprador integral” procediera según las normas que lo definen, pero no podría dar directivas sobre qué comprar y a quiénes.

  Implementación del “comprador integral”
  El hecho de pensar que se puede ser “comprador inteligente” o “comprador integral” por convicción, sin esperar que lo hagan colectivamente todos, no es tan desaforado, ya que otras cosas se hacen por convicción, sin esperar respuestas colectivas, y dan lugar a resultados colectivos importantes:
a)      Se tienen hijos, con lo cual se puebla de seres humanos el planeta.
b)      Se construyen casas, con lo cual se forman pueblos.
  No sería descabellado, entonces, que se “comprara local” para cuidar las fábricas donde se trabaja, ni que se comprara a los proveedores más decentes, para tratar de lograr decencia universal, sin necesidad de que todo el mundo se solidarizara con uno.
  Si cada habitante de nuestro país dedicara parte de su tiempo a ser “comprador inteligente” y “comprador integral”, en lugar de dedicarse a teorizar y a quejarse, creemos que se ganaría mucho, sobre todo utilizando esos conocimientos para presionar donde realmente duele. Y se podría presionar, seguramente.
  El argentino, que hoy se siente impotente cuando no logra nada con cacerolazos ni con manifestaciones, puede saber que lograría algo siendo “comprador integral”. No parece mucho, pero es algo. Es algo más que lo que logra con sus enojos y con su impotencia. Y sería algo seguro, no hipotético.
  Quien haya visto la película “La vida es bella”, de origen italiano, que obtuvo el Oscar a la mejor película extranjera, no puede haber dejado pasar de lado la imborrable emoción que causa en el niño la

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llegada de un tanque de guerra norteamericano que llega a salvarlo, es decir, a librarlo de sus sufrimientos. ¿Sería condenable el que este niño, desde entonces y para siempre, acompañara todas sus comidas con “Coca-Cola” o con “Pepsi-Cola” o con cualquier otra bebida de origen norteamericano y que no bebiera vinos ni cerveza? Creo que sería una forma de mostrar amor por quienes lo ayudaron: comprar los productos que, quienes lo salvaron, fabrican. Sería un “comprador integral”.
  Para que la economía de un municipio fuera independiente del país A los habitantes de ese municipio deberían ser independientes de los productos del país A. Ser independientes significaría que podrían prescindir de esos productos o conseguirlos de su municipio, de otro municipio, o de otro país B que les produzca menos problemas que el país A. Serían, así, “compradores integrales”, y se sentirían dignos de serlo.

  Acciones del “comprador integral”
  En Política (y, en general, en la vida adulta) se utilizan las “picardías”, que tanto usan los niños, a los cuales reprendemos por hacerlas. Para combatir esas picardías políticas está el “comprador integral”, que las combatiría no apoyándolas, es decir, no comprando productos fabricados o vendidos por quienes hacen esas “picardías”, sean ellos empresas o países.
  El “comprador integral” podría tender a hacer “picardías”, como los gobernantes, pero su inclinación a hacerlo sería mucho menor. Se puede deducir esto de observaciones directas sobre las conductas de personas que podrían ser “compradores integrales” y las conductas de quienes están en oficio de gobernantes. De modo que resultaría más lógico confiar en la justicia a través del “comprador integral” que a través de los gobernantes. El pueblo podría estar tranquilo en confiar la administración de la justicia a su propio criterio.
  Podría suceder que los “compradores integrales”, debido a criterios erróneos, cometieran errores en sus compras, y que estos errores lastimasen a empresas o países, pero todo el que tiene poder puede producir daño. De todos modos, la aclaración de motivos

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podría hacer variar la conducta de los compradores y dejar sin efecto las acciones dañinas.
  Frase incompleta: “sepa el pueblo votar”: habría que completarla con “...y sepa el pueblo verificar, actuando como “comprador integral””.

  Ideas sobre el “comprador integral”
  El que haya “compradores integrales” no modifica para nada la labor de los economistas: sólo introduce un nuevo perfil de comprador. En vez de haber una oferta de productos en que sólo se tomen en cuenta sus bajos precios y alta calidad, habría que hacer una oferta en que se tomen en cuenta la cercanía y la pequeñez del fabricante, la buena conducta del fabricante y el precio y la calidad. Los razonamientos consecuentes serían los mismos, con la misma lógica que se emplea ahora para hacerlos.
  La moral y los negocios tienen fama de ser dos cosas aisladas entre sí, pero el “comprador integral” las unificaría.
  La asimetría en la relación patrón-obrero, que se equilibra algo con la acción sindical, se equilibraría mucho más con la acción de los “compradores integrales”.
  Así como hay obras de teatro interactivas, en que las personas del público intervienen en el espectáculo, el “comprador integral” interactuaría con todos los protagonistas económicos y produciría una especie de negociación constante que permitiría encontrar rápidamente la mejor adecuación entre productores y compradores, en vez de la “pícara” especulación actual. Como “compradores integrales”, los pobres podríamos ser protagonistas y beneficiarios, en vez de ser simples elementos pasivos.
  Tal vez lo de que el mundo avanza en ciencia, pero no en moral, tenga que ver con la imposibilidad de avance de la Economía en el plano moral. Nuestra transformación en “compradores integrales” sería ese avance moral que se necesita.
  El que la gente, al votar, prefiera a los ricos en vez de a los pobres, podría explicarse porque los ricos siempre fueron más predecibles que los pobres, siempre tuvieron una conducta más constante y más progresista. Los pobres dependieron, a veces, de

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dirigentes que tuvieron miras bien definidas, pero no fueron pocos los casos en que estos dirigentes se vendieron a los ricos o se
tentaron con riquezas y se volvieron ricos ellos también, abandonando a los pobres. De ahí que los pobres que se transformaran en “compradores integrales” podrían tener autonomía y tener una autovaloración de su fuerza y de su constancia para lograr el mundo más justo que dicen pretender.
  Como dijimos anteriormente, no es el Capitalismo de las PYMES el que generó las guerras, sino el de las grandes empresas. Y con los “compradores integrales” las posibilidades de guerra se atenuarían, lo cual no es poco.

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